Las persianas son uno de los cerramientos más utilizados, tanto para preservar la intimidad de nuestros hogares como para protegernos del paso de la luz solar intensa. Pero más allá de sus funcionalidades, son también un elemento decorativo que puede convertirse en el punto focal de cualquier estancia. Instalarlas supone una inversión y por eso es tan importante mantenerlas en buen estado. Aparte de garantizar una adecuada limpieza, que evite la acumulación de polvo y ácaros nocivos para la salud, es necesario prestar atención al estado de las cintas, las lamas y los ejes, para prolongar su vida útil.
Cuando se trata de reparar una persiana, conviene acudir a profesionales con experiencia, pues en nuestro intento por ahorrarnos algunos euros, podemos terminar dañando completamente el cerramiento o afectando su apariencia.
Nuestra empresa cuenta con muchos años de experiencia atendiendo toda clase de necesidades relacionadas con la instalación y reparación de persianas en Madrid. Nuestros profesionales están altamente cualificados y podrán resolver en muy poco tiempo cualquier desperfecto que afecte el buen funcionamiento del sistema de cerramiento.
De acuerdo a su mecanismo, podemos distinguir los siguientes tipos de persianas:
- Persianas venecianas u horizontales: Este tipo de persianas es el más común, son las de toda la vida, solo que ahora hay una mayor variedad de colores y materiales. Su sistema de rotación de lamas permite ajustarlas de acuerdo al ángulo de incidencia e intensidad de la luz solar.
- Persianas verticales: En este caso el giro de las lamas, tal como su nombre indica, se realiza sobre el eje vertical. En el mercado pueden conseguirse persianas verticales de tela, PVC, madera o aluminio.
- Persianas enrollables: Son un estilo muy práctico y han ido ganando terreno, pues resultan muy atractivas. Ofrecen una muy buena capacidad de cerramiento y protección contra los rayos UV.
- Persianas de papel japonés: Aportan un toque de exotismo y se convierten en el punto focal de la decoración de cualquier estancia. Su mecanismo de funcionamiento es mediante rieles que les permiten desplazarse lateralmente. Requieren cuidados específicos, y no son muy resistentes. Por lo general se utilizan como puertas corredizas de acceso a espacios exteriores, como patios o jardines.
- Persianas plisadas: Estas persianas cuentan con un mecanismo de doble riel, uno superior y otro inferior, entre los cuales se despliega la tela o papel de la persiana. Este tejido se pliega sobre sí mismo a medida que se tira de la cuerda que levanta el perfil inferior. Son muy elegantes, pero requieren un uso cuidadoso para evitar dañar el sistema, por lo cual no son adecuadas para las habitaciones de los niños. Sin embargo, sí pueden adaptarse a formas originales de ventanas o arcos.
- Persianas blackout o de oscuridad total: Este tipo de persianas bloquea completamente el paso de luz. Por lo tanto están fabricadas en materiales opacos, como tejidos gruesos, aluminio o materiales derivados del PVC. Estos dos últimos son también los que proseen una mejor cualidad aislante, por lo que se convierten en aliados del ahorro energético.
Pero si la prioridad es el aislamiento no cabe duda de que la mejor opción son las de aluminio. El exterior de las persianas está fabricado en material de extrusión y por el lado interno cuentan con una cobertura de caucho, que les confiere buenas cualidades de aislamiento térmico y acústico. Asimismo, su sistema de cierre, con gomas en todas las uniones, evita filtraciones de aire o agua. El aluminio es un material ligero, muy resistente y con mantenimiento muy básico.
Las de PVC destacan por la variedad de estilos y colores disponibles, por lo que más allá de evitar las miradas intrusas, aportan un toque especial a cualquier decoración. Por su parte, las de madera funcionan en prácticamente cualquier lugar de la casa y siempre dan un toque cálido a los ambientes. Su desventaja es que requieren mayores cuidados para conservarlas en buen estado.